Los Soldados Estadounidense Lesionados por las Vacunas Merecen Más

Publicado originalmente Mayo 2017

No hay traición más grande por parte del gobierno que ordenarle a un ciudadano que se arriesgue a morir o sufrir lesiones "por el bien común" y que después, una vez que el daño está hecho, trate a esa persona y a su familia como basura. El trato inhumano a los lesionados por las vacunas a manos de los médicos en negación y el rechazo del gobierno para indemnizar a la mayoría de los lesionados, mientras evade las demandas contra las empresas farmacéuticas que se benefician de las vacunas obligatorias, es un escándalo nacional.1

Un reciente reportaje de Action News JAX en Florida investigó los informes de dos infantes de la marina, que sufrieron inflamación del corazón (miopericarditis) y daños permanentes a su salud después de recibir la vacuna contra la viruela que se les había ordenado. La investigación descubrió que el gobierno estadounidense todavía se niega a compensar a los soldados por los problemas de salud relacionados con la vacuna contra la viruela, tales como la inflamación del corazón, incluso cuando el fabricante de la vacuna y los funcionarios de salud del gobierno, reconocen una advertencia de “recuadro negro” en el folleto adjunto, de que esos problemas de salud están posiblemente relacionados.2 3

La cruel indiferencia hacia hombres y mujeres jóvenes muertos o discapacitados, que antes estaban saludables, a causa de la vacunación contra la viruela y el ántrax que el Departamento de Defensa insiste en que son necesarias para combatir el "bioterrorismo", ha estado presente desde que los soldados comenzaron a dirigirse a la Guerra del Golfo a principios de los años 90 y regresaron a casa enfermos y discapacitados.4 Desde las mujeres embarazadas a las que se les administró la vacuna contra el ántrax de Biothrax5 cuyos bebés nacieron con defectos de nacimiento,6 al encubrimiento de las muertes de soldados del ejército relacionadas con la vacuna contra el ántrax,7 hasta pilotos de la Fuerza Aérea cuyas carreras terminaron por las paralizantes lesiones a causa de la vacuna contra el ántrax o en juicios militares por negarse a recibirlas,8 la historia del programa militar de vacunación de los Estados Unidos está caracterizada por la experimentación humana9 y la violación a los derechos humanos.10 11

Las consecuencias trágicas de la cruel indiferencia del gobierno hacia las personas lesionadas por las vacunas, se presentan conmovedoramente en las entrevistas con los soldados heridos a causa de la vacuna contra el ántrax en el premiado documental de Scott Miller, "Direct Order", del año 2003.

Las vacunas contra el ántrax y la viruela se les siguen administrando a los soldados estadounidenses, a pesar de que no se han encontrado provisiones de armas de ántrax y viruela de destrucción masiva (WMD, por sus siglas en inglés).12 13 Y, sin embargo, los informes de lesiones y muertes a causa de ambas vacunas se siguen acumulando.14 15 16

A partir del 14 de abril del 2017, se han reportado 5 392 informes de reacciones a la vacuna contra la viruela, lesiones y defunciones que han sido registradas en el Sistema para Reportar Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés), incluyendo alrededor de 3 000 visitas a la sala de urgencias, 670 casos de lesiones permanentes y 17 muertes. Se han reportado 8 553 reacciones a la vacuna contra el ántrax, lesiones y muertes reportadas al VAERS, incluidas 3 700 visitas a la sala de urgencias, 2 150 casos de lesiones permanentes y 30 muertes.17

El gobierno de los Estados Unidos todavía no ha hecho público el número de vacunas contra la viruela y el ántrax que han herido a soldados y otros militares, que han presentado quejas y recibido compensaciones.18 Las experiencias personales de los soldados lesionados por vacunas indican que la mayoría de ellos sufren solos.

El personal militar de los Estados Unidos y las familias de quienes han sufrido lesiones a causa de la vacunación, merecen más de nuestro gobierno que la evasión y negación a darles una compensación después de que se ofrecieron voluntariamente para servir y poner sus vidas en riesgo por nuestro país.